sábado, 27 de octubre de 2007

Madeleine Mc Cann: Solo interrogantes

El caso de la niña de 4 años que despareció en Portugal el 3 de mayo de 2007, ha generado más dudas que controversias, y fuertes críticas y apoyo a nivel mundial.

Las hipótesis no han parado de multiplicarse desde que Madeleine Mc Cann desapareció hace más de cinco meses. Se ha considerado, entre otras, que la niña fue secuestrada por una red pedófila o para el tráfico de personas, que sus padres la sedaron y murió por una sobredosis, que cayó por las escaleras, que murió ahogada, y, que sus padres ocultaron la muerte y aun mantienen un pacto de silencio.

Maddie, de 4 años, fue vista por última vez el 3 de mayo, durante unas vacaciones con su familia en el complejo de Praia da Luz, en Portugal. Los Mc Cann, una pareja de médicos ingleses de 38 años, hicieron pocas declaraciones a la prensa sobre el caso por que la policía portuguesa lo prohíbe mientras se lleva adelante la investigación. El caso de la familia inglesa genero una campaña mediática sin precedentes. Personalidades como David Beckham y Cristiano Ronaldo ofrecieron inicialmente millones de dólares en recompensa.

Los padres fueron criticados por que la noche en la que la niña desapareció, Kate y Gerry Mc Cann y un grupo de nueve personas se encontraban en un bar comiendo tapas. Además una vez que fueron acusados contrataron al abogado del fallecido dictador Augusto Pinochet.Hoy, Maddie continua desaparecida y hay pocas pruebas concretas en la investigación.

Fuentes: Clarin, La Nación, El País y Infobae.
Pilar Turrado

martes, 16 de octubre de 2007

Un vecino famoso discriminado

Sergio Schoklender quiere gozar de los privilegios del country Highland, exclusivo barrio privado elegido por famosos actores y políticos.

El caso de Sergio Schoklender constituye un ejemplo sobre la posibilidad de exitosa reinserción social luego de haber transitado un infierno que supo plasmar en su libro Infierno y resurrección (Colihue, 1995)
Sergio fue acusado junto con su hermano Pablo de haber asesinado a sus padres y fue condenado a cadena perpetua. Fue liberado en el año 1995 gracias al 2x1 y desde entonces se desempeña como abogado penalista –estudió en la cárcel- y se especializa en derechos humanos y abuso policial. Trabaja en la Asociación de Madres de Plaza de Mayo.
Ha logrado recuperar el nivel económico del que proviene su malograda familia y alquiló recientemente una casa en el exclusivo country Highland, elegante refugio elegido -entre otros famosos- por Carlos Corach, Graciela Fernández Meijide, Araceli González, Roberto Giordano, Laura Novoa y Pablo Codevilla, para pasar sus vacaciones o fines de semana. Los vecinos de la elite que habita el lujoso barrio bonaerense no están conformes con el nuevo vecino, y hasta habría pedido su desalojo (Revista Noticias, 2 de marzo de 2007) http://www.revista-noticias.com.ar/comun/nota.php?art=304&ed=1575




VERSIONES SOBRE EL CRIMEN

VERSION 1: Pablo y Sergio Schoklender asesinaron a sus padres la noche del 30 de mayo de 1981. La familia era disfuncional, la madre abusaba de Pablo y los hermanos decidieron eliminarlos.
VERSION 2: Según cuenta el libro Esta es mi verdad (Sergio Schoklender y Enrique Sdrech, 1983), una conspiración internacional fue la responsable del asesinato de Mauricio Schoklender y su esposa porque estaba vinculado al tráfico de armas, operando a través de una empresa metalúrgica de Tierra del Fuego. Dos hombres que hablaban en portugués ingresaron al domicilio de los Schoklender aquella noche y, luego de asesinar al matrimonio, encontraron a sus hijos y los obligaron a colaborar con ellos para deshacerse del cuerpo de los padres.

Verónica Schrage

domingo, 14 de octubre de 2007

José Luis Cabezas: Un símbolo contra la corrupción

Hace ya más de diez años el fotógrafo José Luis Cabezas fue brutalmente asesinado en Pinamar, un territorio que pertenecía por influencia y poder económico al empresario Alfredo Yabrán. Su muerte buscó coartar la libertad de expresión. Fue así que la prensa se unió en un repudio generalizado y constante. Pidiendo, especialmente, que no nos olvidemos de Cabezas. Con la muerte de José Luis todos los periodistas comprendieron que detrás de él había un mensaje para ellos.
En las playas de Pinamar, Cabezas había fotografiado a Yabrán caminando por la playa. Las fotos habían sido publicadas en la tapa de la revista Noticias, para la cual trabajaba. Esto habría encendido la furia de Don Alfredo decidiendo, entonces, lo peor. Matar a José Luis.
Este asesinato contó con componentes de un ritual mafioso. El estilo fue un mensaje claro para todos aquellos que querían escucharlo: “No había que molestar a Don Alfredo”.
La investigación fue demostrando que el caso Cabezas incluía no solo a un empresario con poder, sino también a miembros de la policía bonaerense, ex presos, y un lazo con el entonces Presidente de la Nación. Los “ricos y famosos” del país estaban bajo la lupa como instigadores del caso. Esto ponía a José Luis como símbolo de la lucha contra la corrupción y la injusticia social.

viernes, 12 de octubre de 2007

¿El desaparecido 30.001?



Desde el 18 de septiembre de 2006 a las 9.45 -cuando López fue visto por última vez en las cercanías de su casa de Los Hornos- nadie pudo aportar un dato sobre sus pasos. Los secuestradores siempre se movieron con ventaja. La Justicia y los responsables de la seguridad federal y provincial comenzaron la búsqueda 48 horas después de la desaparición. Una demora que contribuyó con la estrategia de los captores.


Hay una sola hipótesis en curso: al albañil lo secuestró un grupo vinculado con la represión ilegal. Los últimos allanamientos al penal de Marcos Paz -donde alojan a 40 ex represores- y el secuestro de armas, discos rígidos de computadoras y documentación variada en domicilios de personas que integraron fuerzas de seguridad confirman la línea investigativa. Pero aún hoy es una presunción del poder político y de la Justicia.


Julio López fue un testigo clave para hallar la culpabilidad del represor Miguel Etchecolatz, condenado a reclusión perpetua. Sin embargo, el proceso judicial demuestra la falta de Justicia que hay en este país que hoy cuenta con un desaparecido más.


Fuente: Clarín- La Nación- Página/12

Cecilia Gliksberg

Pueblo chico, infierno grande

El asesinato de Nora Dalmasso no solamente ha estremecido a la coqueta ciudad de Río Cuarto. Lisa y llanamente, ha devenido en un enorme tema nacional, con todos los medios de comunicación pendientes de la noticia que, al igual que el caso de María Marta García Belsunce, despertó mucho interés en la opinión pública, dada la clase social en la que ocurrió y ya que muchos de los imputados pertenecen al círculo íntimo de la familia.



El cadáver de Nora Dalmasso fue descubierto el domingo 26 de noviembre de 2006, en su casa situada al 627 de la calle 5 del barrio Villa Golf Club, de Río Cuarto. Se calcula que la mujer fue estrangulada entre las 3.30 y las 5 de la mañana, pero las hipótesis son varias e involucran a muchos posibles culpables, incluso a su hijo, Facundo Macarrón. Lo cierto es que Nora fue encontrada en una habitación del primer piso de su casa. La escena del crimen no revelaba signos de violencia. El cadáver desnudo tenía enroscado al cuello el cinturón de la bata de seda con tres nudos.

Aquel viernes previo a su muerte Nora salió con sus amigas como solía ocurrir cuando su marido estaba de viaje. A las 3, Nora llamó a alguien que no le respondió. Luego, no se sabe a qué hora, le abrió la puerta a una o más personas y después de eso no se sabe qué pasó.

Los resultados de las pericias encargadas al FBI tendientes a esclarcer el asesinato estarían listos recién en octubre. Así lo informó la Embajada de Estados Unidos en la Argentina, que se comunicó con el fiscal General de Córdoba, Darío Vezzaro, para indicarle que el FBI tenía que realizar “estudios adicionales” sobre los 45 indicios recogidos en la escena del crimen. Por tal motivo, los resultados no estarían antes del 30 de septiembre como se esperaba inicialmente. El fiscal Javier Di Santo aguardaba el informe en julio, después de que el delegado del FBI en la Argentina, William Godoy, anunció que antes de que concluyera ese mes el estudio estaría terminado. De ese resultado podría depender que el fiscal revierta su decisión de mantener en libertad al hijo de la víctima.

Fuente: Clarín

Cecilia Gliksberg

martes, 9 de octubre de 2007

¿Caso cerrado?


Hace un año que los padres acusados de matar a su hija, Natalia Fraticelli, en el año 2000, siguen en libertad, y no por ser inocentes, sino porque según afirmaron los jueces: “ya pasaron mas de tres años y medio presos sin sentencia firme”. Se espera otra instancia judicial.

Carlos Fraticelli y Maria Graciela Dieser, los padres acusados de matar a su hija Natalia Fraticelli, en el año 2000, recuperaron la libertad el martes 3 de octubre del 2006, luego de que la Cámara del Crimen de Venado Tuerto considerara que debían ser excarcelados al vencerse el plazo legal de detención sin sentencia firme. Los padres de la víctima habían sido condenados a cadena perpetua por homicidio doblemente calificado por el vínculo familiar y la alevosía.
El 20 de mayo del 2000, Natalia Fraticelli, una chica de 15 años que sufría un retraso mental y epilepsia, fue encontrada estrangulada en su casa, situada en la ciudad de Rufino, Santa Fe. En un primer momento el caso fue confuso: se habló de un ladrón que entró a la casa mientras todos dormian y hasta se especuló con una posible venganza, debido a que el padre de la víctima, entonces juez de instrucción penal, investigaba una presunta red de prostitución. Los padres no podían aceptar el retardo de su hija y evitaban comentar la verdadera enfermedad de Natalia. Según los vecinos, quienes catalogaron al padre como un hombre frío que lo único que le importaba era su cargo de juez, y que no habría derramado una lagrima en el entierro de su hija, denunciaron que el matrimonio hacía notables diferencias en el trato con los dos hijos.
La autopsia reveló que Natalia estaba medicada: hallaron un antidepresivo, contraindicado para la enfermedad que tenía, el medicamento no le había sido recetado y eso podría explicar su falta de defensa. Tampoco existían hematomas en el cuerpo que demostraran algún signo de violencia. Se determinó que el estrangulamiento fue manual ya que el uso de un lazo, cable o algún elemento similar hubieran producido lesiones evidentes en el examen externo del cuello. La muerte se debió a asfixia mecánica por estrangulamiento en un lapso de 30 segundos.

Fuente: Clarín
Estefanía Fryd.

miércoles, 3 de octubre de 2007

La realidad que supera la ficción

A casi cinco años del asesinato de María Marta García Belsunce todavía no hay culpables. El único detenido hasta hoy es Juan Carlos Carrascosa, el vuido de la victima, quien desde el principio intentó instalar la idea de un accidente buscando esconder el asesinato.

Los crímenes de los countries (barrios privados) parecen ser la nueva modalidad en Argentina. En ellos hay sexo, engaños, gente de la alta sociedad involucrada, encubrimientos, declaraciones inverosímiles y contradictorias, irregularidades en la resolución y mucho misterio. Sin embargo, no es novedad que todo esto sea lo que la gente quiere ver y escuchar, y a la mejor por eso, sean tan populares.

El asesinato de María Marta García Belsunce fue uno de los homicidios más relevantes en los últimos tiempos. El domingo 27 de octubre de 2002 fue encontrada muerta en la bañadera de su casa del country Carmel. El crimen empezó como muerte accidental y terminó develándose como muerte premeditada seguida de encubrimiento, dado que el cuerpo de la víctima tenía seis orificios de bala en la cabeza.

A diferencia de otros crímenes, sus familiares no son quienes piden justicia porque, en su mayoría, están imputados. De hecho, Carrascosa, su esposo, estuvo acusado, desde el principio de la investigación de ser el co-autor del asesinato. A cinco años del crimen, en Agosto de 2007, fue absuelto de ese cargo y acusado de encubrimiento, por lo cual estuvo preso 35 días en la Unidad Penal Nº 41 de Campana y, actualmente, cumple su condena en la casa de un amigo en un country de Escobar.

Fuente: Clarín

Arlene Leiman